viernes, 17 de abril de 2015

Como trazo de viento











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Como trazo de viento la tristeza dibuja
un bosquejo sombrío sobre el lienzo de sueños
que de blanco derrama cada gota de vida
en la resta constante, camino del silencio.


A medida que vamos, peregrinos en tierra,
nuestro paso se vuelve cada vez más ligero;
nuestra voz más tranquila, nuestra vista cercana
a perderse en la luz y ganar en lo incierto.


El pintor de los días, con su sabia paleta
y pincel firme, añade los colores inquietos
de la trama traviesa del amor, que nos pone
en el borde de un fin sin principio ni dueño.


Es por eso que todo, como parte inherente
del ayer y el mañana, en un hoy bajo el cielo,
se compone de dudas, y certezas al aire,
que subliman la nada en la busca del tiempo.


Avanzar es lo suyo, y nosotros con él,
entre frágiles años de cristales deshechos,
entre escombros y ruinas, y quizás así ver
que, lo mismo que fuimos, eso mismo seremos;


que la vida nos deja su labor en la piel
cuarteada de lunas, que crecientes al pecho
aproximan la noche y la música vasta
de la sangre, que fluye más allá de los cuerpos;


donde entonan los pájaros melodías abstractas
en las ramas de un cosmos de infinitos segmentos:
partituras del alma, entropía y sinergia,
que orquestan nuestra muerte para hacernos eternos.




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M. Á. M.

















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