*
Tus lágrimas, amor, son bendecidas
con esa misteriosa bendición
que nace del poder del corazón
y crece, para dar a nuestras vidas
el único esplendor en la emoción
de sernos, y sabernos las heridas,
ni vanos ni perfectos; como son
las cosas cuando son si bien las cuidas.
Por eso amor te digo, no que llores,
sino que todo tiene su motivo;
entiende que el rocío entre las flores
es agua que libérase al estribo
de la noche y presiente los fulgores
en un amanecer alternativo.
*
M. Á. M.
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