sábado, 11 de julio de 2015

Soneto a don Luis de Góngora


















Regia urdimbre, entretela cordobesa,

cálamo de Aquiles, oh genio adusto,

¡qué gran predio logró tu ser vetusto

cuando ya de Átropos su luz fue presa!




El olivo se yergue en la dehesa

hondo en sus raíces y tronco justo

que el fruto torna en óleo robusto

de almazara semántica maesa.




¡Cuán galante aquel mar!, ¡oh Galatea!,

que, al candil de la noche, se desata

y espera a Polifemo que la vea



e ir, consigo, a la orilla dulce y grata

del Guadalquivir, donde se batea

titánico tu verso de oro y plata.






*




M. Á. M.







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