miércoles, 17 de junio de 2015
Hay una voz
*
Hay una voz que se inocula
en mitad de la nada,
que surge de repente
inundándolo todo con su luz.
Las fuentes de su boca
renacen al presente
como raíz de lo finito
y espada que atraviesa
la tiniebla circundante
cauterizadora de la vida
para ofrecernos un poco más de muerte gratuita
cada día.
Impávida y ardiente
como la escarcha que agitan las arterias
cuando gime de amor el corazón
o el latigazo celeste que nos dicta la verdad
que sigue suspendida
en el silencio inconsciente de los astros.
¡Oh!, magna telaraña, que sedosa nos rodea y nos ata.
¡Oh! ancestral asidero de lenguajes múltiples
y vocablos oscuros que conocen la respuesta...
Evócame de nuevo esa pregunta que nos mueve,
que yace en el abismo de todos los conceptos
y lánzame después a buscarla,
cueste lo que cueste,
pues de eso se trata:
de vivir,
de seguir,
de saber;
de que,
de un modo u otro,
nos duela su...
¿Por qué?
*
M. Á. M.
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