*
Que me digan que no, que yo me espero
donde el tiempo se rompe en mil pedazos:
al costado de ti y, de los retazos
del amor y las hebras de este huero
transitar, forjaré en el barro el cuero
con tu sangre y mi sangre en flor, sin plazos;
arrancando a la vida esos zarpazos
que la muerte se lleva al agujero.
Y si Dios no me espera a la otra orilla
dejaré junto a ti cada semilla
y al infierno me iré, como es costumbre.
Y por si alguien pregunta dónde vamos:
a la tierra los siervos y los amos;
pues igual es el valle que la cumbre.
*
M.Á.M
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