Eres
tú, corazón
*
Es tu
mano paloma mensajera
que
acaricia el celaje del ocaso;
una
lluvia de abril, un nuevo paso
que me
eleva a una eterna primavera.
Es tu
sombra una luz, una silueta,
un
divino desliz, un fino trazo
dibujado
en el aire y, de un plumazo,
avanza
sobre mí, suave y discreta.
Es tu
cuerpo violín de cuyas cuerdas
fluyen
las melodías como río
do bebo
hasta vivir en ti la calma.
Éres tú,
corazón, que en las izquierdas
sientes
aún aquel escalofrío
ardiente por la piel que cubre el alma.
*
M. Á. M.
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