domingo, 27 de septiembre de 2015

Esa savia fresca del ayer








(pendiente de imagen, está en proceso...)




*




Una agónica luz
desciende sobre el orbe ceniciento
donde sola la cruz
del árbol contra el viento
suspira sepulcral su sentimiento:



—¿Dónde estarán mis hojas?
¿Dónde esa savia fresca del ayer
que hoy, qué paradojas,
recuerda mi raíz tras comprender
que solo aquí nos queda al fin yacer?



Un grito de madera
sordo, bajo la oscura y blanda nieve
de aquella primavera,
me levanta y despierta, tras un breve
silencio, la ilusión de que lo lleve



a ser una escultura
humana, femenina, que algún día
recuerde en su figura
las vetas donde antaño allí fluía
su vida, así trocada poesía.






*



M. Á. M.





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