(pendiente de imagen, está en proceso...)
*
Una
agónica luz
desciende
sobre el orbe ceniciento
donde
sola la cruz
del
árbol contra el viento
suspira
sepulcral su sentimiento:
—¿Dónde estarán mis hojas?
¿Dónde
esa savia fresca del ayer
que hoy,
qué paradojas,
recuerda
mi raíz tras comprender
que
solo aquí nos queda al fin yacer?
—Un grito de madera
sordo,
bajo la oscura y blanda nieve
de
aquella primavera,
me
levanta y despierta, tras un breve
silencio,
la ilusión de que lo lleve
a ser
una escultura
humana,
femenina, que algún día
recuerde
en su figura
las
vetas donde antaño allí fluía
su vida, así trocada poesía.
*
M. Á. M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario