*
Deja que tu verdad florezca, amor,
trata de comprenderla y comprenderte,
siéntela por adentro como muerte
y vívela infinita, sin dolor,
ni medida ni edad; pues es la suerte
la que toma tu mano agradecida
y te da lo que pidas a la vida
mientras quede algún sueño que ofrecerte.
Y siempre quedarán, pues así somos:
insaciables, humanos, predadores,
esclavos de esta vana libertad
donde morimos ciegos y a los lomos
de una mentira, urdida en los temores
de no ser salvos sino en él... ¿Verdad?
*
...No, la realidad
dista mucho de ser así de fácil
y es que a nosotros toca, amor, lo grácil.
*
M. Á. M.
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