viernes, 20 de marzo de 2015

La niña de los blancos ojos (soneto)



















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Cuando la niña de los blancos ojos,
con su mirada fría mi semblante
guarde, como crepúsculo a levante
podré desanudar estos despojos


que el tiempo acumuló. Sin más abrojos
del alma guïarame y, de su guante
de silencio, la paz allá adelante
encontraré, cual seda entre rastrojos.


Como dijo el poeta, es un sueño
vivir, amar, sufrir y al fin, despierto,
hallar la eterna luz en lo pequeño


y humilde del espíritu, en el huerto
do habré de descansar por siempre, leño 
que cae, se enraíza y brota... Muerto.






*





M. Á. M.















1 comentario:

  1. Excelente soneto querido amigo, en los pequeños detalles existe la gran diferencia. Encantado de disfrutar tu excelente inspiración, te dejo un fuerte abrazo con admiración y respeto.

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