A ti, lector, que vienes a un poema
buscando acaso amor, o cualquier cosa
que en él tenga cabida en verso o prosa.
Avanza un poco más, verás que quema
mi verso hasta en invierno, que la gema
presente en mí desciende de una rosa
sin pétalos, tan frágil como hermosa;
de tallo inerme y sabia por emblema.
Raíz de todo anhelo es su fragancia,
sus hojas deletrean a l e g r í a
del agua que la riega y da sustancia.
Y el viento, acariciando su armonía,
la besa con pasión, con elegancia,
haciendo que suspire poesía.
M.Á.M.
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