*
Y qué mas da
si en las aristas de la noche suena un saxo,
todo es improvisar alrededor del fuego
de la luna por tu escote neblinoso
dibujando alegorías de carmín y marihuana
en un pacto donde dios no tiene voto.
Mudémonos ahora en esta mutua vecindad sin calendario,
debajo de tu falda terminan las palabras
y empieza la verdad a recorrernos
a base de zarpazos.
Sigamos pues el cauce turbulento de las calles
hasta ese amanecer ardiente en tu regazo
donde poder hablar de labio a labio con tu vientre
y esperar la respuesta de la carne
en medio del feroz espasmo de una muerte pasajera
para vivirnos otra vez irrepetibles
y desflorar el himen del recuerdo
en el insomne silencio obnubilante de un cigarro
donde tus muslos juegan con el raso y con los míos,
y sueñan con...
Qué más da,
el caso es que soñamos
y los sueños a veces son un acto,
o varios.
*
M. Á. M.
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