sábado, 24 de octubre de 2015

Creo en ti















*


Imaginarte amor es poca cosa,
al menos para aquellos que se marchitan antes aún de florecer
pero, qué quieres que diga, mujer,
¿que te pienso en rosa?
No, ni mucho menos,
Te siento raíz, que ya es bastante para mí,
que no tengo la capacidad de traslocarme.
Soy humano, lo reconozco,
y un poco puta, como todos... creo.
En algo habrá que creer, dice este nadie 
que perdió hace tiempo el tiempo
y las ganas de morir de nuevo cada noche
en un silencio que me revienta los tímpanos,
en una grieta en la pared de los deseos
en la que hoy anidan las arañas
el sueño voluble de una tela pegajosa
al que me adhiero voluntario 
y me convierto en holocausto:
transido, opaco, 
como el duelo perenne 
que mantienen los cipreses del camino
cuando punzantes miran a la tierra desde su atalaya
y ven caer sigilosos la sangre, dulce y viscosa, 
como un viento soñoliento que apenas tiene fuerzas 
para exhalar la última lágrima entre el vaho y la neblina
de un sur tan inconsciente 
como inconsistente 
como suyo 
y como si fuera, 
aunque fuera
no lloviera tanto 
como dentro lo hace.
Oh sí, así te siento,
como abismo 
que se abre ante mí 
y a toda costa,
como aguja nacarada 
de un ayer hoy en mí presente, 
sinónimo de nada, 
seudónimo de todo 
y anónimo por necesidad 
, o por sí mismo, 
y envuelto en una soledad desmadejada al hilo 
de un tiempo sin sintagmas, 
anacrónico, 
líquido, 
lívido, 
letal.
Pero, para qué seguir fingiendo que solo, 
(¡y tan solo!) 
te quiero...
mejor lo digo así: Amor,
ya es hora de morir.
Creo en ti.
Punto final.


*

M. Á. M.






Imagen de: http://pre04.deviantart.net/d3d1/th/pre/i/2004/279/0/d/solitude_by_insecureminds.jpg

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